Hasta un gimnasio en el East End londinense se marchó la selección española de baloncesto para entrenarse el sábado. Anda el equipo maltrecho, con varios jugadores sufriendo molestias. La ceremonia de apertura dejó en cama con fiebre a Navarro y con afonía a Marc Gasol. La sesión dio paso al ‘media day’ donde los medios pudieron departir con los jugadores.

Uno de los más felices es Víctor Claver, en sus primeros Juegos Olímpicos y con las maletas casi preparadas: de Londres a Valencia y de casa a Portland. No estará solo en tierras americanas. Va con su madre.

Cuente algo de la ceremonia de apertura que no se viera…

Fue impresionante. El momento más bonito es cuando entras al estadio, pasas por el túnel y lo ves todo iluminado. No puedo describirlo, porque me emocioné.

¿A Pau cómo le vio?

Al principio estaba algo nervioso, cuando empezamos a cantarle chorradas sobre el abanderado, pero luego lo hizo de maravilla.

¿Y la medalla como la ve?

No hacemos caso a todos los comentarios que nos ponen ya en el podio. La medalla no va a ser tan fácil como todo el mundo dice. No pensamos nada en Estados Unidos.

¿Se quedó más tranquilo tras viajar a Portland y fichar?

R. Sí, porque sabía que estaba cerca pero nunca sabía cuando llegaría el momento. Me quité un peso de encima, las preguntas ya tenían respuesta.

¿Ha pedido consejo a sus compañeros de la NBA?

Sí, he hablado con todos. Me han aconsejado que lo disfrute que para eso voy, que la adaptación es difícil pero que si necesito cualquier cosa, ahí estarán para ayudarme en el día a día.

¿El inglés como lo lleva?

Pues bien, aunque tengo que mejorar bastante. En temas o palabras de baloncesto me manejo, pero en otros temas ya tendré más dificultades.

¿Le gusta la comida basura?

Voy a intentar hacer el esfuerzo de comerla, porque yo siempre he comido muy bien en casa. Soy valenciano y no creo que allí tenga muchas paellas.

¿Se va solo?

Al principio me iré con mi madre, para ayudarme a instalarme y para que se quede tranquila. Luego vendrá mi familia y mis amigos, que ya están buscando fechas. Es un cambio muy grande, porque yo siempre he vivido con mi familia, sé que lo notaré.

¿Cómo le dijo a su madre que se iba a Portland?

R. Poco a poco, porque si se lo digo de una vez le da un trauma. Era algo que íbamos hablando, una ilusión personal y ellos me apoyan al 100%.

¿Está preparado mentalmente para un año sin jugar o chupando banquillo?

La adaptación deportiva no será fácil y será un reto para mí. Llevo muchísima ilusión y eso es lo que cuenta.

¿El entrenador de Portland qué le ha dicho?

De momento poco, porque no sé si seguirá o no.

¿Físicamente se ve preparado para la NBA?

Siempre se puede mejorar. En el partido contra Estados Unidos me di cuenta, es algo que ves físicamente, en los choques. No es lo mismo defender a un ‘3’ de otro equipo, que yo suelo ser más grande, que a uno de Estados Unidos, que chocas y te mueve dos metros.

China sin Yao Ming sigue siendo un duro rival...

Durísimo. Tienen muy buenos tiradores, juegan muy compactos y como nos descuidemos, nos lo harán pagar.